(Por José Juan Morales Sosa)
“La biblia no nos dice que Dios está buscando adoración. Dios está buscando adoradores. Dios posee toda la adoración del universo, los ángeles, arcángeles, serafines y querubines lo adoran eternamente. Dios busca nuestro corazón de adorador. (Juan 4:23). Dios no busca que le cantemos, sino que lo adoremos. La música se puede utilizar para adorar, pero no es necesariamente la única forma de hacerlo. Dios desea una relación interactiva con sus hijos. La palabra griega en Juan 4:23 de buscar es “zeteo” la cual se traduce como requerir o demandar. Dios demanda que aquel que le adore tiene que ser en espíritu y verdad. ¿Cómo podemos saber quién es un adorador? Ir a la iglesia un par de horas a la semana no nos hace adoradores. Ser un adorador es mucho más que hacer lo correcto, es una actitud de vida. Cómo vives refleja quién eres. Es una interacción continua con el Padre. No cesa cuando una canción termina. Sino que es continua, en nuestro despertar, nuestro andar en el trabajo, aun cuando dormimos y nos levantamos Dios es el foco y centro de todo lo que hacemos.
Salmo 34:1 Hebreos 13:15 Salmo 35:28 Salmo 145:1-2 Salmo 149:5
Somos templo del Espíritu Santo, un templo como el tabernáculo en el desierto, movible, así que podemos adorar en todo tiempo, en todo momento y en todo sitio donde nos encontramos, para poder mantener nuestra comunión con ÉL y nuestro testimonio de templo hará a otros desear ser templo para Él también.
1 Corintios 3:16-17 1 Corintios 6:19
En los templos se adora constantemente, no hay prisa para salir de ellos puesto que para eso son creados. Los verdaderos adoradores no tienen prisa por dejar de adorar puesto que para eso han sido creados. Fueron creados al arrepentirse de sus pecados y recibir a Cristo como su salvador personal, entonces en ese momento el Espíritu Santo de Dios creó un nuevo corazón, un nuevo templo donde El morar, un Tabernáculo donde hay tres partes, un Espíritu (Lugar Santísimo), un alma (lugar Santo) y un Cuerpo (los atrios). El primer sacrificio de animales para ponerlo en el altar ocurría en los atrios. Nuestro cuerpo debe ser sometido para que se pueda lograr el sacrificio de un adorador. Es la pasión de un adorador estar en la presencia constante de “a quien” adora, El Señor. El verdadero adorador se deleita en adorar a Dios. El propósito de la creación del hombre es para adorar a Dios y disfrutar y deleitarse en su presencia por la eternidad.
Adorar es un verbo y requiere una acción. Acciones tales como: Reverencia, Devoción, Servicio, Honor, Adoración, Celebración, Admiración, Estima, Valor, Exaltación, Amor, Magnificar, Alabar, Reverenciar, Venerar, Postrarse, Humillarse, Gratitud. La Adoración es una comunicación afectiva y efectiva entre Dios y el hombre. La verdadera adoración envuelve la mente, la voluntad, las emociones y el cuerpo, todo al unísono en conciencia completa y sometida para adorar. El adorador no está pendiente a nada más cuando adora, su concentración está solo en adorar.
En el Antiguo Testamento la palabra hebrea que se usa para describir Adoración es “SHAHAH” se menciona 172 veces en todo el Antiguo Testamento. La primera vez que se menciona es en Génesis 18. Cuando Abraham recibió y se postró antes los tres visitantes. Literalmente significa Postrarse, Reverenciar, reconocer la superioridad e importancia de la persona a través de la conducta y movimientos del cuerpo tales como agacharse o postrarse ante la persona. Tomar las precauciones debidas para reconocer en todo momento ante quien estamos y comportarnos de acuerdo con ello. La Adoración no es algo que hacemos para atraer la atención de otros. La Adoración es estrictamente para Dios y lo hacemos por Dios.
En el Nuevo Testamento la expectativa de Adoración es más personal. Más íntima con el Maestro. Ahora podemos entrar al Lugar Santísimo y adorar en capacidad personal e íntima con Dios a través de Cristo. El que adora en espíritu y en verdad no tiene duda a quien adora, sabe lo que vino a hacer y cuál es su posición en la Adoración tal como en Apocalipsis 4 y 5. Ninguno de los presentes en el cielo en ese momento estaba ocupado en otras cosas, ni pendiente a algo más. Todos sabían por lo que estaban allí y lo que debían hacer mientras estaban allí.” (Ramos, C. Pastora, s.f.)
Referencias Bibliográficas
- Ramos, C. Pastora (s.f.) Tarea 5: La Música en la Biblia. Universidad Cristiana Logos -UCL-
- Curso IBLO No. 16 -ITHE162 La Música en la Iglesia- Universidad Cristiana Logos -UCL-
- Apuntes del Profesor José Juan Sosa Morales.