


La tensión es universal, afecta a las personas de toda edad, de toda comunidad y en todo país. Su tensión puede ser diferente de la que experimentan sus amigos creyentes, sin embargo, todos hemos experimentado tensión alguna vez.
Entendiendo las tensiones. Pablo dio buenos consejos acerca de las actitudes de las personas que se sentían bajo presión. “Dejen de quejarse”, escribió, “y en lugar de eso, llenen sus mentes con cosas que son buenas y honorables” (Filipenses 4:8). Cuando aplicó este consejo a su propia vida, Pablo fue capaz de contentarse aun en medio de mucha tensión (Filipenses 4:11-12).

1. MORMONISMO.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (cuyos miembros han sido apodados mormones) se atribuye ser la restauración de la verdadera iglesia establecida por Jesucristo. No tiene asociación en ninguna manera con el catolicismo romano o con el protestantismo. “Su teología, su organización, y sus prácticas son en muchos respectos completamente únicas entre las denominaciones cristianas.
El 6 de abril de 1830 la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días fue establecida formalmente en Fayette, Nueva York, con seis miembros. Ha crecido a una membresía actual de más de tres millones, en ramas en todos los estados de la Unión Americana y en más de una veintena de países extranjeros.

El cambio de las condiciones durante y después del cautiverio y las luchas internas a las que se hizo referencia en el punto relativo a los Macabeos, originaron y desarrollaron varias sectas dentro del judaísmo que desempeñaron un papel generalmente antagónico, pero que no por ello deja de ser importante, durante el ministerio de Jesucristo y los primeros años de la Iglesia.

Disputación acerca de la determinación del valor de las indulgencias Por amor a la verdad y en el afán de sacarla a luz, se discutirán en Wittenberg las siguientes proposiciones bajo la presidencia del R. P. Martín Lutero, Maestro en Artes y en Sagrada Escritura y Profesor Ordinario de esta última disciplina
en esa localidad. Por tal razón, ruega que los que no puedan estar presentes y debatir oralmente con nosotros, lo hagan, aunque ausentes, por escrito. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.