Universidad Cristiana LogosLa consejería que está fundamentada en la Biblia, al igual que la basada en la psicología, tiene como intención, “asistir al ser humano en su proceso de crecimiento y despliegue integral”.1 Bajo esta concepción, también los niños pueden y deben tener acceso a los beneficios de la consejería cristiana. Ellos, como seres humanos inmersos en el proceso natural de crecimiento integral, ameritan el acompañamiento y la asesoría personal que puede brindarles la consejería de niños.
Tres razones por las que la psicología recomienda la consejería de niños
1. Vulnerabilidad.
Los niños en la sociedad se consideran vulnerables porque presentan menos resistencia ante las demandas y retos del medio, donde se desenvuelven.
La violencia de los hechos sociales, los pone en riesgo de padecer las consecuencias de su falta de capacidad para enfrentar esos ataques. Esto acrecienta la necesidad de acompañamiento, y puede ser satisfecha con la consejería de niños.
2. Desventaja social.
En fechas recientes, se ha acuñado el término desventaja social para calificar a individuos con menores posibilidades de intervenir en su entorno.
En esta calificación entran los niños, y por causa de esta desventaja, ameritan la atención y el apoyo que puede proveerles la consejería cristiana.
3. Necesidad de provisión, guía y cuidado.
Por naturaleza, los niños necesitan provisión, guía y cuidado, en su tránsito por las etapas de la vida.
Inicialmente cumplir ese papel corresponde a sus padres y a su familia, pero en la eventualidad de que estos no estén preparados para ayudarles en ciertas áreas de atención, la psicología justificará el recurso de la consejería de niños.
Cinco razones bíblicas para la consejería de niños.
1. La consejería de niños produce sabiduría espiritual
El apóstol Pablo, escribiéndole a Timoteo, reconoció y afirmó en el joven ministro los valores espirituales que aprendió en su niñez. Le dijo:
“Persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”. (2 Timoteo 3:14-15 RVR1960)
La consejería bíblica recibida por Timoteo de su madre Eunice y de su abuela Loida, así como el entrenamiento que le dio el mismo apóstol Pablo, hizo que Timoteo se persuadiera de las verdades de la Palabra que había recibido.
Esos principios bíblicos tenían el potencial de hacerle sabio para los asuntos espirituales, que incluyen la salvación por la fe en Cristo.
2. La consejería de niños provee instrucción en justicia.
La palabra de Dios dice que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. (2 Timoteo 3:16 RVR1960).
El acompañamiento espiritual de la consejería cristiana basada en la Biblia, provee al niño el equipamiento educativo que él necesita para ser instruido en justicia. Los niños necesitan ser guiados y enseñados en la Palabra, para tomar buenas decisiones en todas las circunstancias.
3. La consejería de niños prepara para toda buena obra.
La observación del apóstol, se completa con la frase: “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:17 RVR1960)
La consejería de niños, asiste a la formación del carácter individual de estos, permitiéndoles desarrollarse correctamente en los aspectos: psicológico, emocional y actitudinal, que necesitan para enfrentar los retos de la vida.
4. La consejería de niños fomenta una educación integral.
Moisés, el líder y consejero de la nación de Israel, instruyéndoles acerca de la educación de sus hijos, les dijo:
“Y estas palabras que yo te mando hoy… las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” (Deuteronomio 6:6-7 RVR1960).
Los padres eran los responsables directos de la educación de los hijos. Repetir las enseñanzas, hablando con los hijos, implicaba la acción consejera de los padres, educando en los diferentes momentos y en las diversas áreas de la vida de sus hijos.
5. La consejería de niños promueve el desarrollo de la potencialidad individual
En Proverbios 22:6 dice la Biblia: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Aunque este texto se ha usado muchísimo para incentivar la educación cristiana en los infantes, hay un detalle que no puede pasarse por alto: La instrucción del niño en su camino.
Instruir, en este texto, incluye: enseñar, entrenar, advertir y corregir. Cuatro cosas asociadas a la práctica de la consejería de niños. Pero, lo crucial del texto es que enfoca el camino hacia el que debe dirigirse la instrucción: descubrir y potencializar el camino propio del niño.
Cada persona, (niños incluidos), trae al mundo un equipamiento (personalidad, dones, talentos, y pasiones) definido en la potencialidad que debe descubrir y ayudar a proyectar, el consejero.
El desarrollo del poder latente individual, auspiciado por la consejería del niño, puede ser el mejor regalo que este reciba para cumplir su propósito de vida.
Todas las razones anteriormente expuestas, evidencian la necesidad que tienen los más pequeños de recibir acompañamiento y apoyo, durante su infancia. El niño es una persona completa, y como tal merece respeto. Lo que aprenda hoy será su arsenal de defensa frente a las adversidades que la vida le presente.
El objetivo de la consejería cristiana con el niño, más allá de lograr de él una conducta socialmente aceptable, es ayudarle a encontrar el camino de la salvación, guiándole a manejar sus emociones y a edificar relaciones sanas, con Dios, con él mismo y con sus semejantes, para el feliz cumplimiento de su propósito de vida.
1 Montilla, R. E. y Medina, F. (2005). Pastoral Counseling with Latinos and Latinas. Minneapolis, MN: Fortress Press.
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