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La Tradición Oral y los Evangelios Sinópticos

Los evangelistas (a excepción quizás de Juan) no fueron testigos directos de los hechos y dichos de Jesús que narran. Ellos recogieron una “tradición oral” que se remonta a los discípulos de Jesús (un grupo un poco más amplio que los Doce). La tradición oral es algo bastante especial, que difiere mucho de la transmisión de recuerdos de tipo individual. Una comunidad recuerda en función de necesidades permanentes ligadas a funciones recurrentes. Estas funciones o situaciones sirven de “ocasión” y “marco” que “da forma” a los dichos y relatos sobre Jesús.

No se trata de que la comunidad simplemente invente lo que Jesús dijo o hizo, sino que “moldea” creativamente estos dichos y hechos seleccionando y adaptando lo que se considera más adecuado a las necesidades comunitarias.

La tradición oral, debido a su carácter funcional, se caracteriza por dos leyes (de aplicación más o menos inconsciente): la autonomía y la economía. En virtud de la autonomía, el dicho o hecho de Jesús tiende a desligarse de todo contexto histórico, de tal forma que puede evocar en forma aislada, sin hacer presente todos los elementos de las circunstancias en que estaba inserto. En virtud de la ley de la economía, se sacrifican los elementos que no están al servicio de lo más fundamental del dicho o hecho.

La aplicación de estas dos leyes origina las “perícopas”; es decir, las pequeñas unidades independientes (unidas con enlaces artificiales) que se pueden constatar en una simple lectura de los tres primeros evangelios. Las perícopas son clasificadas por los especialistas actuales en “géneros literarios”.

A cada uno de ellos corresponde un sitz im leben (SIL): Las funciones y situaciones permanentes (sitz im leben) son 4:

  • La proclamación del Evangelio hacia a los de fuera de ella (por ej. Hechos 2:22-24,32-36, RV1960); – la liturgia, – la catequesis o enseñanza de los convertidos, y
  • la controversia o defensa de la fe (sobre todo ante los maestros judíos).

Algunos Ejemplos de Géneros Apotegmas o Diálogos:

  • Litigios (Lucas 14:1-6, RV1960) para controversias.
  • Didácticos (Marcos 12:28-34, RV1960) para enseñanza.
  • Biográficos (Marcos 1:16-20, RV1960) para evangelización.
  • Los dichos, que son palabras de Jesús que han sido transmitidas sin el contexto en que fueron dichas. Los hay sapienciales (Mateo 12:34b, RV1960), proféticos y apocalípticos (Mateo 11:21-24, RV1960), legales (Marcos 2:27, RV1960) y de autorevelación (Mateo 8:11, RV1960). Su SIL es la catequesis.
  • Las parábolas, originalmente dirigidas por Jesús a los que no compartían su perspectiva y que la comunidad las utiliza en la catequesis.
  • Historias de milagros. La evangelización o anuncio del kerigma.
  • Colecciones: Los primeros escritos sobre Jesús son las primeras colecciones de perícopas (que se notan, por ej., en Marcos 4, basado en una colección de parábolas).

La labor de los evangelistas 

Los evangelistas no son simplemente recolectores de perícopas o de colecciones, sino que son verdaderos autores, ya que pretenden darnos una visión global de la persona de Jesús y de su seguimiento.

Su trabajo se puede resumir en los siguientes puntos:

  • Seleccionar datos de la tradición oral y escrita. Los evangelistas seleccionan aquellas palabras y acciones de Jesús que más interesan en función de los objetivos que se proponen al escribir en sus comunidades. No hay que olvidar que los evangelistas escriben en y para una comunidad concreta con determinados desafíos y necesidades: se trata de una presentación de Jesús «para esa comunidad» (ver Juan 20:30-31; 21:15; Lucas 1:1-4, RV1960).
  • Realizar una síntesis. Como se ha dicho, los evangelistas no son simples recopiladores: recogen las perícopas de tal manera que van formando una obra unitaria que va desde el ministerio de Jesús en Galilea hasta las apariciones del Resucitado. El relato de la Pasión ayuda a articular el conjunto. Esta síntesis presenta una determinada «imagen» de Jesús que enfatiza determinados rasgos de Jesús dejando de lado -inevitablemente- otros.
  • Adaptar la tradición recibida a las necesidades de sus respectivas iglesias.
  • Conservar un estilo de proclamación. Es decir, conservar el carácter de invitación a la fe en Jesús. Los evangelios pretenden generar o reforzar la fe. Son escritos “confesionales”.

La “cuestión sinóptica” Lo dicho hasta aquí no basta para comprender la formación de los evangelios sinópticos. Una mirada atenta a los tres primeros evangelios permite tomar conciencia del enorme parecido que existe entre ellos. Esta semejanza es tal que permite ponerlos en columnas paralelas y echarles una mirada de conjunto (esta «mirada de conjunto se llama «sinopsis»). No basta para explicar este parecido recurrir a la tradición oral, ya que existen semejanzas demasiado estrechas de vocabulario, orden y sintaxis. Se trata de una “dependencia literaria”; o sea, los evangelistas se han copiado unos a otros. La principal explicación de este hecho sigue siendo la llamada “hipótesis de la doble fuente”. Según ella, los evangelios de Mateo y Lucas habrían sacado gran parte de su material del de Marcos y de una fuente (hipotética) llamada por los especialistas “Q”.

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Referencias Bibliográficas

  1. Apuntes del Profesor José Juan Sosa Morales.
  2. Armstrong Cox, S. (s.f.). Introducción a la Exégesis. Universidad Cristiana Logos -UCL-

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