Para una Iglesia Misionera (II)

Pasajes bíblicos para la Iglesia Misionera (Segunda entrega)

Basado en el escrito de  Werner Mischke

Gloria, Perdón, Misión

(Números 14:20.36;  Isaías 6:1-8)

 En el texto de Números 14 Dios revela su santidad a través del perdón; a los que son fieles Dios los honra, mientras que en Isaías 6 muestra su santidad y gloria sentado en el trono, los serafines le dan gloria, el templo y la tierra estaba lleno de si gloria.

Isaías ante Dios majestuoso y santo se reconoce pecador. “Soy un hombre inmundo …”, siendo hombre no podía el mismo santificarse, por lo que Dios conociendo su pecado le perdona y purifica tocando sus labios para que proclame la gloria de Dios.

Una vez santificado Dios le pregunta “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”, lleno el corazón y la vida de Isaías de la presencia de Dios y nos viendo la necesidad que hay en el mundo, de las personas que no le conocen; responde favorablemente al envió.

El enviado entonces pasa por la confrontación por la santidad de Dios, seguida de la experiencia del perdón de Dios, y luego puede ser enviado a la misión.

 

La misión involuntaria

(Jonás 1-4; Mateo 28:18-19)

En Isaías 37  vemos a Nínive (capital de Asiria) allí Dios muestra como pelea por su pueblo, que el enemigo está vencido porque Cristo lo venció. Solo que debemos resistirle, para que hulla.

A través de Jonás 1:1 y Mateo 28:18, se observa cómo se nos ha dado la Palabra de Dios para que el hombre se arrepienta de su pecado. En el libro de Jonás se observa la resistencia de Jonás y la persistencia de Dios, muestra acá la “estrategia de resistencia” que realizan los hombres para huir de la presencia de Dios, hoy también hay falta de compromiso  y conformidad en la iglesia, no hay pasión por la gran comisión.

Jonás ante la acción de Dios se mostraba dormido, de igual forma hoy las satisfacciones mundanas mantienen a los cristianos “dormidos”, abarrotados de trabajo y deleitados con los placeres mundanos, nos mostramos indiferentes ante el llamado.

Sin embargo, Dios en su inmensa compasión nos prepara, reestructura y nos hace disponibles para cumplir la misión que él nos tiene preparada tal como lo hizo Jonás.

 

El Hombre para toda la Gente

(Mt. 5:14, Mt.6:10, Mt. 16:27, Juan 1:10-12, Juan 3:16, Juan 14:6, Lucas 2:10-14, Lucas 4:17-19)

En la profecía de Israel y el Mesías, mostrada en Isaías 49:6, el Mesías es luz de las naciones que ha de llevar la salvación a los confines de la tierra.

De igual manera, en el Nuevo testamento Dios muestra que su salvación es universal, en frases como las siguientes: Luz del mundo.., Hágase su voluntad en la tierra como en el cielo…, Recompensara a cada persona…, El cordero de Dios que quita el pecado del mundo…,

Se resalta además que Todo aquel que cree en Jesús tiene vida eterna y él dijo: atraeré a todos a mi mismo; “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.

Así mismo, Jesús hablando sobre un relato del Antiguo Testamento muestra que la bendición de Dios era a todo individuo, observa como habiendo muchas viudas en Israel, Elías fue enviado a la viuda de Sarepta; y con muchos leprosos el que sano fue Naaman el sirio.

En el Evangelio Jesús se refiere a sí mismo como el Hijo del Hombre, el enviado por Dios para la salvación, y es él mismo que en su Nombre realiza el enviado a sus discípulos indicándoles: Id por el mundo anunciando a todas las naciones, Id y haced discípulos a todas las naciones.

La Gran Comisión De Nuestro Señor

 Una vez Cristo resucitado, los mismos ángeles le indican a las mujeres  Vayan a decirles a sus discípulos: El se ha levantado de entre los muertos y va delante de ustedes a Galilea; y Jesús igualmente les da la misma instrucción. Observamos dos cosas el va delante de ellos y reitera que seamos anunciadores de la buena noticia.

En Mateo 28, se muestra la autoridad del envió de Jesús, todo ha sido puesto a sus pies, es el él Rey de toda la tierra, ante el cual toda rodilla se dobla y da Gloria

Hemos de ir porque es una orden o mandato de Dios, y los entregamos por Gracia tal como hemos recibido por Gracia. Cada uno de nosotros ha sido llamado y tenemos la tarea de hacer discípulos de todas las naciones, bautizarles en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.  El bautismo nos ayuda a formar el carácter de cristiano, hasta llevarlo a conocer la plenitud del Evangelio de Cristo, conociendo que el discipulado es transferencia de vida.

Anunciar no es solo dar la información es hacer discípulos; para lograrlo se hace con el ejemplo de vida. “enseñándoles a guardar todo lo que yo les he mandado…” (Mt. 28:20); Siendo su enseñanza  básica “Ama a Dios y ama a los demás”, entonces esto requiere comunidad. Por lo tanto, hay que convivir y ser modelo de lo que somos en Cristo Jesús.

Enseñarles a guardar, no solo obedecer a Dios sino vivir su palabra diariamente. La iglesia es nuestra comunidad para vivir la palabra, recorremos distancia llevando la Buena nueva con la predicación en los lugares donde no se ha anunciado y también a través de la oración, recorriendo así tanto la distancia cultural (anuncio) como la distancia física (oración).

 Observemos la misión la componen los misioneros, aquellos que van a los lugares, y los orantes que sostienen con recurso y oraciones a los misiones es un todo integrado.

La fuente de todo es Cristo, la misión es un llamado a la intimidad con Dios él es la fuerza y la fortaleza que nos mantiene en su obra a través de la oración, y su promesa es que siempre estará con nosotros, siempre que permanezcamos en él.

Vencemos el temor a la perdida y el temor al rechazo, si vivimos en unidad con Cristo y a través de él con el Padre, actuando en conformidad con el Espíritu Santo sin temor sino llenos de amor, del amor de Dios.

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