Perfil Bíblico del Ministerio Pastoral

Ministerio Pastoral

Introducción

Cuando pensamos en el ministerio pastoral, nos preguntamos ¿Qué se requiere para ser un pastor? ¿Es realmente un oficio que puede ejercer cualquier persona? O por el contrario, ¿Se trata de personas con un muy exigente perfil?

El ministerio pastoral, según podemos definirlo desde los vocablos conexos presentes en el Nuevo Testamento1, se perfila básicamente como uno que alimenta (enseña por la Palabra de vida), cuida y lidera a un conjunto seguidores de Jesús. Cuando consideramos estas funciones básicas del ministerio  pastoral, inexorablemente  las relacionamos con capacidades excepcionales2 que requieren tener estos ministros para realizarlas. Y no está mal que lo hagamos, dado que es una realidad bíblica inobjetable. No obstante, desde la perspectiva de la misma Biblia, es preciso pensar primero en lo fundamental: el carácter del hombre3 que ejercerá tales funciones.

El carácter4 de un ministro es lo fundamental. El apóstol Pablo lo expresó así: “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, que me tuvo por fiel al ponerme en el ministerio”. (Reina-Valera, 1960, 1 Timoteo 1:12). Un hombre de la estirpe judía farisea como la  del apóstol Pablo que tenía un currículo vitae sorprendente5, fue capaz de reconocer que no era por su trayectoria académica y experiencias pasadas, la razón por la cual el Señor Jesús lo constituyó ministro del evangelio, sino por su fidelidad, lo cual tiene que ver con el carácter transformado.

Los ministros en general son exitosos, no por sus capacidades excepcionales, sino por su carácter transformado por Dios que sustenta dicho ministerio pastoral. 

Relación Entre Carácter y Competencias: Caso Éfeso y Creta 

Lo anteriormente dicho se desprende de realizar un análisis ponderado del perfil del ministerio pastoral a partir de lo que el apóstol Pablo les expone a Timoteo, quien estaba en Éfeso (Reina-Valera,  1960, 1 Timoteo 1:3) y a Tito, quien estaba en Creta (Reina-Valera, 1960, Tito 1:5); ambos en condición de delegados apostólicos de Pablo y su ministerio entre los gentiles. 

Aunque las realidades situacionales de ambas localidades geográficas eran muy diferentes, compartían la presencia de falsos maestros a quienes se les debía hacer frente con la Palabra a causa de sus doctrinas de error y de demonios6 que distorsionaban la fe de los santos. Frente a estas realidades situacionales locales, se requería de hombres con ministerio pastoral que pudieran hacer frente a las necesidades de los discípulos. Por lo tanto, ambas listas de rasgos del perfil para ser pastor, tanto en Timoteo como en Tito,  eran muy exigentes; pero, fundamentalmente, en el carácter. 

Caso Éfeso: Timoteo

Cuando observamos con detenimiento la lista que Pablo presenta a Timoteo, nos percatamos que de 18 rasgos requeridos por  Pablo, el 88%   de los rasgos (16, en valor absoluto) van dirigidos hacia el carácter;  y el 12%  (2 rasgos) se consignan en el área de las competencias del ministerio pastoral7.

Caso Creta: Tito

Al realizar el mismo ejercicio en la lista de rasgos que Pablo ofrece a Tito, notamos que de 16 rasgos, el 87% (14, en valor absoluto) corresponden al carácter del pastor; y solo el 13% (2 rasgos), atañen a las competencias del ministerio pastoral8

Visión Conjunta

Cuando unimos ambas listas de rasgos del perfil de un pastor, Timoteo y Tito, observamos que hay una suma total de 24 rasgos, de los cuales, 22, es decir, el 91% de estos, corresponden al carácter(9) y 2 rasgos, es decir, el 9%, corresponden a las competencias. 

Si discriminamos lo anterior podemos observar los siguientes datos estadísticos:

  1. Diez (10) rasgos, es decir, 41, 66 %, son comunes en ambas listas.10
  2. Ocho (8) rasgos, es decir, 33,33 %, son propios de la lista a Timoteo.11
  3. Seis (6), es decir, el 25% de los rasgos, son propios de la lista a Tito.12 Ver cuadro sinóptico.13

La mayoría de los rasgos, entiéndase diez, el 41%, que son comunes, nos indican que en ambas localidades los pastores debían atender necesidades comunes, tanto  de Éfeso, como de  Creta en los discípulos y la población en general. No obstante, los rasgos propios en cada lista, sin lugar a dudas, obedece a necesidades particulares en Éfeso y en Creta. Por lo tanto, observamos esta diferencia notable.14

La Implicancia de Estas Estadísticas en el Ministerio Pastoral

Ahora bien, estos datos estadísticos ¿Qué nos indican desde el punto de vista exegético? Creo que esto es lo más importante. Sin duda alguna, el análisis estadístico nos apunta que, si bien es cierto que un pastor debe ser apto para enseñar y que a su vez desarrolle líderes competentes para la gestión estratégica de la iglesia local; que si bien es cierto que un pastor debe ser un excelente gerente que gobierne y cuide bien la casa Dios, para poder realizar sus competencias, es imprescindible que el pastor pueda soportar su ministerio pastoral sobre un carácter transformado por Dios que sea evidente, tanto a propios de la iglesia local, como a los de afuera; es decir, que sea irreprensible  (Reina-Valera 1960, 1 Timoteo 3:1; Tito 1:6). 

Observemos, por ejemplo, lo sólido que debe ser el entorno familiar de un pastor:

  1. Marido de una sola mujer (Entiéndase, fidelidad conyugal. No un mujeriego)
  2. Que gobierne bien su casa. Esto incluye su trato y liderazgo hacia su esposa15 e hijos. 
  3. Hijos en sujeción a la fe cristiana (entiéndase, seguidores de Jesucristo).

Este cuadro familiar indiscutiblemente debe tener este perfil a fin de ser ejemplos de una familia auténticamente cristiana; no por obligación ministerial, ¡NO! Sino por principios de vida cristiana. Cuando el pastor lo asume como un compromiso de tipo ministerial, ya pierde la esencia de lo fundamental: la vida de fe en Cristo.  

Para efectos de este cuadro familiar, es preciso que el pastor sea irreprensible, sobrio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no soberbio, justo, santo, amable, amante de lo bueno, dueño de sí mismo, apacible, decoroso. Todos estos rasgos, sin duda alguna, tienen el hogar como el escenario por excelencia para ser experimentados. Si alguien sabe cómo es en realidad un pastor, es su esposa y sus hijos. Podemos engañar al mundo entero mostrando una apariencia de piedad; no obstante, jamás podremos engañar a nuestras esposas y a nuestros hijos. Ellos son la verdadera consciencia del pastor. Por esta razón, el hogar del pastor es la mejor métrica para saber si él está en condiciones para presidir una iglesia.

Un Error Común en las Iglesias locales

Muchas iglesias buscan pastores. Y eso es una necesidad, en algunos casos, impostergable. Sin embargo, las iglesias ponen su atención en el virtuosismo del pastor en el desarrollo de sus competencias ministeriales. Las iglesias buscan como predicadores a un moderno Charles Spurgeon, el príncipe de los predicadores; buscan un gerente al estilo de John C. Maxwell, un artífice del liderazgo moderno; un rey David que lidere la adoración y alabanza; un Dr. James Dobson que asesore a las familias de la iglesia; en fin, buscan a la Octava maravilla del Mundo para que los pastoreen. 

Y esto es un error, tristemente.  Lo primero y principal, es conseguir un pastor con una familia auténticamente cristiana que esté centrada en Efesios 5.18-6:9, que reflejen como familia el carácter de Cristo. Si adicionalmente, el hombre resulta un resulta un non plus ultra16 en el ejercicio de las competencias pastorales, ya sería una regalía que le da valor agregado a tal pastor. No obstante, lo insustituible es una familia auténticamente cristiana como expresión de la fe en Cristo. 

Por otra parte, observamos que para las competencias de un pastor derivadas de los vocablos que registra el Nuevo testamento17 y los rasgos operativos mencionados por Pablo en ambas listas, la de Timoteo y Tito, a recordar son, apto para enseñar18 y ser irreprensible como administrador, se requiere que el pastor sea no un neófito, no un avaro, no codicioso de ganancias deshonestas, que tenga buen testimonio con los de afuera, prudente, hospedador.19

Conclusión

El ministerio pastoral es muy sublime, ya que se trata de cuidar a la Novia de Jesús, la Iglesia. Por lo tanto, es de carácter imprescindible que quienes estemos al frente una iglesia local seamos esforzados en desarrollar el perfil que la Biblia nos presenta. De lo contrario, corremos el riesgo de maltratar a la Novia del Señor y, en lugar de recibir una corona incorruptible de gloria en el contexto de la Segunda Venida de Cristo (Reina-Valera, 1960, 1 Pedro 5:4), seamos, por el contrario, juzgados por él. 

El perfil del pastor se asemeja, si me permiten la comparación, a un Iceberg, cuya menor proporción es la visible a simple vista; sin embargo, la mayor masa de hielo es la que no se observa, pero sustenta a la parte visible. 

En esta relación porcentual, se encuentra el éxito de nuestro ministerio.

Figura 1

Relación Porcentual en el Ministerio Pastoral

Relación Porcentual en el Ministerio Pastoral

Es preciso que nos preocupemos más por el carácter transformado por causa de la llenura del Espíritu y la Palabra, que por el desarrollo de las competencias. Los dones del Espíritu para ser un pastor eficaz, si  eres un pastor constituido por Jesús (Reina-Valera, 1960, Efesios 4:11), los tienes contigo, y no debes tener el más mínimo cuidado porque Dios te utilizará en gran forma. Sin embargo, el secreto de un ministerio pastoral exitoso está en el carácter como lo dejo ver en esta gráfica:

Figura 2

Fundamento del Ministerio Pastoral

Fundamento del Ministerio Pastoral

Dios nos ayude a todos a ser siervos transformados, cuyas familias puedan evidenciar nuestra esencia de vida de fe, de tal manera que el ejercicio de nuestras competencias en el ministerio pastoral  estén sostenidas por nuestro carácter y así podamos tener el mayor de los éxitos ministeriales.

 

Este artículo fue escrito por:
Jorge Eliécer Navarrete G.
Profesor de Ciencias Teológicas y estudiante del programa de Doctorado en Teología de UCL

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Notas al pie de Página
1 Poimen (ποιμήν G4166) Pastor; Episkopos (ἐπίσκοπος G1985) Supervisor; Presbuteros (πρεσβύτερος G4245) Anciano; Jegeomai (ἡγέομαι G2233) Liderar; Bosko (βόσκω, G1006) Apacentar; Poimaino (ποιμαίνω, G4165) Pastorear; Episkopeo (ἐπισκοπέω, G1983) Cuidar; Epimeleomai (ἐπιμελέομαι, G1959) Cuidar.
 2 Me refiero a los dones del Espíritu con los que Dios ha dotado a los pastores para ejercer su ministerio: Palabra de sabiduría, Enseñanza, Exhortación, Predicador; Liderazgo, Gobierno, Repartir/Distribuir, Misericordia, Servicio/Ayuda, Hospitalidad; Discernimiento de espíritus.
 3 Para efectos del carácter en la vida de un seguidor de Jesús, Dios nos ofrece transformación a través de la llenura del Espíritu Santo; para efectos de las funciones o servicio, Dios pone a nuestra disposición el poder del Espíritu Santo. Ambos son necesarios; no obstante, un carácter transformado por la llenura del Espíritu es lo fundamental para ejercer de forma efectiva el ministerio o servicio a Dios en el poder del Espíritu por los dones otorgados por él (Reina-Valera, 1960, Lucas 4:1, 14).
 4 El carácter de un hijo de Dios, de un líder al servicio de Dios, tiene que ver con su vida transformada por el poder de la Palabra de Dios y su obediencia a esta (Reina-Valera, 1960, Santiago. 1:22-25), y el poder del Espíritu actuando en él o ella, haciendo que su espíritu dé el fruto de una vida guía por el Espíritu de Dios (Reina-Valera, 1960, Gálatas 5.16-25). Estos factores, la Palabra de Dios y el Espíritu, harán en líder cristiano que florezcan los rasgos que veremos en Timoteo y Tito (Reina-Valera 1960)
 5 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible (Reina-Valera, 1960, Filipenses 3:4-6); formado a los pies de Gamaliel (Reina-Valera, 1960, Hechos 22:3).
6 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,  prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.  Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado. Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad (Reina-Valera, 1960, 1 Timoteo 4.1-7); Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos (Reina-Valera, 1960, 2 Timoteo 2:17, 18); Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene.  Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos (Reina-Valera, 1960, Tito 1.10-12).
7 1. Irreprensible, 2. Marido de una sola mujer, 3. Sobrio, 4. Prudente, 5. Decoroso, 6. Hospedador, 7. Apto para enseñar, 8. No dado al vino, 9. No pendenciero, 10. No codicioso de ganancias deshonestas, 11. Sino amable, 12. Apacible, 13. No avaro; 14. Que gobierne bien su casa, 15. Que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 16. (Pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 17. No un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 18. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. (Reina-Valera, 1960, 1 Timoteo 3:2-7)
 8 1. Irreprensible, 2. Marido de una sola mujer, 3. Hijos en sujeción, 4. Irreprensible, como administrador de Dios, 5. No soberbio, 6. No iracundo, 7. No dado al vino, 8. No pendenciero, 9. No codicioso de ganancias deshonestas, 10. Sino hospedador, 11. Amante de lo bueno, 12. Sobrio, 13. Justo, 14. Santo, 15. Dueño de sí mismo, 16. Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. (Reina-Valera, 1960, Tito 1:5-8)
9  Hay un incremento con respecto a las listas individuales.
10 1. Irreprensible, 2. Marido de una sola mujer, 3. Hijos en sujeción, 4. No dado al vino, 5. No pendenciero, 6. No codicioso de ganancias deshonestas, 7. Sino hospedador, 8. Sobrio, 9. Apto para enseñar, 10. Irreprensible como administrador/Gobierne, cuide bien la casa de Dios.
11 1. Prudente, 2. Decoroso, 3. Amable, 4. Apacible, 5. No avaro, 6. Que gobierne bien su casa, 7. No un neófito, 8. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
12 1. No soberbio, 2. No iracundo, 3. Amante de lo bueno, 4. Justo, 5. Santo, 6. Dueño de sí mismo.
13

14 Para determinar con exactitud el perfil de necesidades comunes entre ambas localidades y las necesidades particulares, sugiero que se haga el estudio respectivo en cada una de las cartas del sitzen im leben (realidad situacional) de cada región. Para efectos de Éfeso, Hechos 19; carta a los Efesios; 1 y 2 a Timoteo. Para Tito, Hechos 2.11; la carta a Tito.
15 No podemos ignorar en este caso de la esposa, el contexto literario de Efesios 5.25-31, donde el apóstol Pablo brinda los principios que rigen los comportamientos de un esposo cristiano hacia su esposa. Recuerde que los que aspiraban en Éfeso a ser pastores (Reina-Valera, 1960, 1 Tim 3.1) tenían como referencia estas directrices de Pablo. En este sentido, la esposa de un pastor necesariamente debe seguir a Jesucristo y ser formada en la Palabra por el esposo pastor, así como Cristo forma a su iglesia por la misma Palabra a fin de presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Un pastor, necesariamente, precisa tener una esposa que dé excelente testimonio. Para ello, el pastor indefectiblemente, debe ejercer un liderazgo redentor sobre ella.
17 Véase la nota N° 1
18 Esto también implica, por el contexto a las cartas pastorales a Timoteo y Tito, el desarrollo de liderazgo competente para llevar a cabo la gestión estratégica del reino con High Performance.
19 Es de hacer notar que los rasgos del perfil que indiqué como necesarios para que el pastor tenga una familia auténticamente cristiana, aplican para su desempeño en las competencias de su ministerio.  Pero, insisto en la salvedad de que, respecto a estos rasgos, son los familiares los que realmente pueden dar fe de ellos o no en la vida del pastor. El pastor bien podría “ser luz en la calle, y oscuridad en su casa”.

 

Referencias Bíblicas

Reina-Valera 1960. (s.f.). Bibliatodo. Obtenido de https://www.bibliatodo.com/la-biblia/Reina-valera-1960

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