Aconsejar en momentos de crisis

Basado en el libro de Norman Wright

 

La crisis se manifiesta cuando un problema es abrumador, o cuando el sistema de sostén y apoyo, dentro de una persona no funciona y pierde el equilibrio, está en una crisis.

Las crisis son parte de la vida y debemos esperarlas venir ya que son inevitables, siendo resultado de uno o más factores, pueden ser predecibles o esperadas y otras nos pueden llegar cuando menos lo esperamos.

Lo importante es comprender la situación como una oportunidad de aprender y crecer, normalmente es breve y tienen un periodo de transición el cual podría ser negativo o positivo dependiendo del estado emocional las creencias de la persona

Aconsejar en momentos de crisis

La primera consideración a tener en cuenta que cada persona tiene su propia forma de percibir o reaccionar ante un suceso, lo que para unas es una situación de crisis para otras no lo es, todo depende de las creencias, ideas, expectativas y percepciones.

Los consejeros deben conocer las diferentes características de las personas en crisis:
1. Personas que vienen arrastrando una gran debilidad emocional mucho antes de producirse la crisis.
2. Aquellos con enfermedad o deficiencia física, son más vulnerables emocionalmente ante cualquier situación de crisis.
3. La falta de capacidad para aceptar las cosas tal y como son.
4. Con actitud infantil, usualmente mantienen la boca en movimiento para disimular la tensión y el nerviosismo
5. Negación en el tiempo esquivan el problema presente y otras lo proyectan hacia el futuro.
6. Con sentimiento de culpa, que les impide recibir ayuda.
7. Los que se eximen y culpan a otros.
8. Los independientes, que se niegan a cualquier clase de ayuda, o los dependientes que no hacen nada por si mismos.
9. Las creencias religiosas.
Aquellos que creen firmemente en la soberanía y cuidado de Dios, tienen una base más firme para hacerle frente a las crisis.

Actuar según Jesús

La actitud de Jesús ante las necesidades de las personas, era la compasión para con los demás, las aceptaba tal y como eran, era atento mostrando toda su atención, las confrontaba ante su responsabilidad, así mismo brindaba esperanza.

Jesús siempre animaba a los demás y hacia énfasis en la paz diferente a la que el mundo ofrece, enseñaba a moldear el modo de pensar. Su consejería estaba basada en la enseñanza, les advertía y los confrontaba.

Su ministerio en la tierra fue efectivo porque motivaba a las personas a conseguir plenitud en sus vidas y les ayudaba a desarrollar su capacidad para enfrentar sus problemas.

La base fundamental de su ministerio consistió en la obediencia al Padre, vivía una vida llena de fe y oración, tenía autoridad para hablar, se involucró en la vida de sus discípulos y seguidores en humildad y amor.

Principios bíblicos

La consejería cristiana debe estar basada en los principios bíblicos y no en la sabiduría humana; nuestra confianza esta en el poder y la sabiduría del Espíritu Santo, quien nos enseña a escuchar y a callar de manera correcta y en el tiempo oportuno.

El Espíritu Santo, nos da discernimiento para preguntar sabiamente, nos capacita para edificar el crecimiento en sabiduría, virtud y santidad, ayudando a la restauración de vidas, nos da empatía para desarrollar una consejería efectiva, y autoridad, compasión y sabiduría para confrontar al caído.

Sí aconsejamos a nuestra manera y bajo nuestro conocimiento humano, colocamos obstáculos que impiden una consejería efectiva.

Algunos errores comunes de un consejero son: La pasividad, sobrecargar de preguntas, prohibir el desahogo, violar la intimidad, tranquilizar con una actitud falsa, mostrar indiferencia y juicio, superioridad, usar términos inapropiados y ofensivos, presionar e intimidar para que avancen en el proceso.

La intervención de la crisis

Todo proceso de intervención en una crisis requiere perceptividad y flexibilidad de los consejeros, considerando los siguientes pasos básicos:
1.Intervención de inmediato: la pronta intervención logra que la crisis sea menos severa y protege a la persona de hacerse daño.
2.Entrar en acción: Las personas en crisis tienen tendencia a dudar, es necesario que actuemos y las guiemos hacia un comportamiento con sentido, propósito y un objetivo.
3. Evitar una catástrofe y brindar restauración a la persona en su estado de equilibrio.
4. Fomentar esperanza y expectativas positivas, a través de información por parte del aconsejado y la interacción para analizar hasta donde llega su capacidad objetiva.
5. Brindar apoyo social adecuado para que la persona disminuya la tensión y se sienta segura y confiada.
6. Encontrar junto con el aconsejado el problema principal y trazar un plan buscando métodos efectivos para solucionarlo. Colocando objetivos fijos, considerando los recursos para ejecutarlos en la solución.

 

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