La integración en la Consejería Bíblica de instrumentos propios de la psicología puede ser de gran beneficio en esta tarea encomendada a la Iglesia para la santificación de su pueblo.
El por qué de la Consejería Bíblica
Dios es quien escudriña el corazón del hombre y mostró por medio de Jesucristo que necesitamos de instrucción, amonestación y exhortación, para que en el amor y con el poder de Dios podamos ser santificados.
Sin la ayuda divina, al hombre se le dificulta encontrar a Dios e inclusive entender su propio corazón. Por ello Pablo recomendó a la iglesia instruir, acompañar y restaurar al creyente para ir o volver a Dios.
Los consejeros deben ayudar a los aconsejados a superar sus preocupaciones y encontrar soluciones bíblicas a sus problemas diarios.
Pruebas y cuestionarios como herramientas
Para lograr la efectiva asistencia de los aconsejados se debe obtener los datos vinculados con los hechos y no asumirlos, de manera que se pueda diferenciar la verdadera fuente del problema.
Recolectar los datos escuchando al aconsejado, utilizando para ello preguntas abiertas o cerradas. Analizar los problemas físicos o externos y los internos o espirituales.
Una vez recolectado los datos podrá el consejero discernir entre las emociones y pensamientos, para poder luego los conceptos o motivaciones que impulsan a la persona a hacer o dejar de hacer.
Todo consejero cristiano debe recordar que normalmente los aconsejados pueden estar confundidos. Por lo tanto, debe ser prudente y utilizar las herramientas que Dios le provee para dar con la raíz del problema y su solución.
El discernimiento y la información secundaria
La conducta pecaminosa es el resultado de los problemas que se guardan en el corazón. Discernir adecuadamente el verdadero problema entonces es vital, y para ello el Consejero debe:
- Reunir datos (usando observación, cuestionario general, y la comunicación abierta
- Realizar un plan o estrategia de trabajo
- Utilizar las pruebas obtenidas (del aconsejado, o por el consejero)
- Interpretar los Datos: Evaluando la información aportada, el comportamiento externo, los resultados de pruebas temáticas
- Validar nuestra interpretación, a través del análisis y conceptualización (consejero) y la explicación de los mismos (al aconsejado)
- Elaboración de Diagnóstico, planteando claramente el problema y causas, dar esperanza y solución bajo la luz del Evangelio de Cristo, acompañándolo con un plan de ayuda a cambiar las causas del problema.
Ser cauteloso en seguir el procedimiento y orden en la consejería, así como considerar las pruebas validadas da confiabilidad a las informaciones y observaciones, evitando que se susciten posibles errores y manipulación, recordando que como hombres pecadores somos susceptibles de errar.
Elementos a tener en cuenta
En todo proceso de consejería siempre se debe considerar: La observación, la palabra de Dios como guía, las pruebas para confirmar las causas del problema.
El Consejero cristiano no debe perder de vista su función: acercar al aconsejado a Dios, promoviendo la santidad como estilo de vida. Mostrar la causa del mal de su problema, y dar la esperanza de paz que Dios tiene para el aconsejado.