Yo, como consejero, como Cristiano
La percepción del mundo que tenemos nos hace vivir la vida de una manera u otra, concienciemos juntos cual es la forma de vida que tenemos hoy.
Valores y creencias
Cada ser humano construye con el paso del tiempo su propia forma de ver el mundo, como cristianos hemos de detenernos y detallar si nuestros valores son acordes con la Palabra de Dios.
Si tenemos una particular mirada del mundo que se diferencie de teorías y filosofías que no edifican ni le dan sentido a la vida del hombre.
Definir la cosmovisión propia da la capacidad de hacer, cambios e inclusive estudios independientes acera de cualquier tema, que incluya nuestra propia visión, pero combinada con investigaciones científicas y integre lo mejor de las fuentes del conocimiento.
Todos los cristianos no desarrollan la misma cosmovisión bíblica. Por ello es necesario tener presente normas de conducta: que, en lo esencial, unidad; en lo no esencial, diversidad; y en todas las cosas, amor. Así lo establece la Palabra de Dios: “ser solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” Efesios 4,3 (RV1960)
Base de las relaciones humanas
Tomando como base en la cita de Génesis 2,14 se determina que la pareja hombre – mujer es la base de todas las relaciones humanas. Que fue creada por Dios para tener una relación viva y creciente en el Creador.
Dios encomienda a la unidad hombre-mujer la responsabilidad de trabajar, enfrentar la vida y cuidarse el uno al otro. Así mismo, como unidad para honrar al Padre y deleitarse en él.
Ahora bien, los deseos del hombre son canalizados independiente de Dios; para ello buscan cisternas que no retienen para huir de la insatisfacción y el dolor.
De manera, que todo pecado que nos aleja de Dios es una cisterna que no llena lo que Dios quiere para nuestra vida. Desafortunadamente cavamos nuestra cisterna rota, que no satisface.
Por ello como cristiano y particularmente en el ámbito de la consejería pastoral debemos orientar a las personas para reconocer y salir de esa cisterna y volver a la fuente, y de ahí, la importancia de tener una cosmovisión cristiana.
Todo con el fin de poder no llegar a ser por: “…el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tes 5,23).
Los anhelos
El ser humano desarrolla normalmente tres tipos de anhelos:
Indispensables: vivir con un Dios personal que consuele y de un propósito;
Críticos: deseo de ser amado, valorado, aceptado, considerado, amor a sí mismo y a los demás.
Circunstanciales: todo lo que necesitamos para vivir, que no está relacionado con personas.
Los críticos usualmente son la raíz de los problemas psicológicos y psiquiátricos; y no llenar el indispensable genera que ninguno de los otros pueda dar plenitud y lleva al hombre a un gran vacío.
Comprender los anhelos del ser humano permite la guía y orientación dentro de la consejería.
Por lo general, el ser humano no busca a Dios como centro de todo, sino cuando la situación es desfavorable. Aún siendo cristiano adora más por hábito.
Se requiere por ello reconocer la cosmovisión cristiana en cada área y la importancia de escribir y tener presente nuestra propia cosmovisión. A fin de modelar, nuestra vida por la Cruz de Cristo, utilizando y practicando una vida cercana a las Escrituras.
La oración
A todo lo anterior se agrega la oración tanto el Cristiano, como el consejero, antes y fuera de la sesión de consejería como en otros momentos, requiere como esencial la oración.
No solo se requiere en proceso de consejería, y no solo el aconsejado tiene que orar como una aplicación de la consejería bíblica, sino que es esencial para todo Cristiano llevar una vida de oración que le permite relacionarse íntimamente con Dios.
Como Consejero
Además cada Consejero debe tener un conocimiento a fondo de la Biblia, ser capaz de aplicarla de forma práctica; así como debe ser ordenado reconocido por la iglesia como alguien que tiene los dones espirituales, y ser directamente responsable ante la junta directiva de una iglesia, la consejería es un ministerio de la Palabra.
En la vida secular debe siempre presentar la respuesta verdadera (el Evangelio de Jesucristo) a los problemas de la gente.
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