Un llamado permanente a enseñar con fidelidad
En cada generación, Dios levanta maestros que instruyen con verdad, gracia y compromiso. Desde Moisés que “ponía por obra todo lo que Jehová le había mandado” (Éxodo 40:16, RV1960), hasta Pablo que instruyó a Timoteo a “predicar la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo” (2 Timoteo 4:2, RV1960), el papel del maestro ha sido crucial para el crecimiento del pueblo de Dios.
Hoy, en medio de una transformación tecnológica sin precedentes, nos enfrentamos al desafío de enseñar en un mundo digital sin perder la esencia del llamado bíblico. Formar maestros para esta nueva realidad no es un lujo, es una necesidad urgente. La verdad sigue siendo la misma, pero el contexto de enseñanza ha cambiado profundamente.
Vivimos en la era de las pantallas, algoritmos y plataformas interactivas. Las herramientas digitales han abierto puertas antes inimaginables para la formación bíblica. Ahora es posible:
- Llegar a personas en cualquier parte del mundo en tiempo real.
- Utilizar recursos audiovisuales que enriquezcan la comprensión del texto bíblico.
- Personalizar procesos de aprendizaje con agentes virtuales y sistemas adaptativos.
Sin embargo, este entorno también plantea peligros:
- La sobredependencia de la tecnología puede sustituir la comunión con Dios.
- El afán por lo visual puede debilitar la profundidad del contenido bíblico.
- La rapidez de los medios digitales puede generar enseñanzas superficiales.
En este contexto, el maestro no debe convertirse en un mero “gestor de contenidos”. Debe seguir siendo un siervo del Señor que enseña con integridad y pasión, como lo afirmó Pablo: “Mi palabra y mi predicación no fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder” (1 Corintios 2:4, RV1960).
La formación bíblica como fundamento pedagógico
Antes que habilidades técnicas, el maestro cristiano necesita convicción doctrinal. El modelo de enseñanza en la era digital debe partir de la Escritura, no de las tendencias educativas seculares. Jesús mismo, siendo el Maestro por excelencia, fundamentó cada enseñanza en el carácter y la voluntad de Dios. No apelaba al espectáculo, sino a la transformación: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63, RV1960).
Por tanto, formar maestros en esta era implica renovar el compromiso con:
- La autoridad de la Palabra: El maestro debe enseñar desde las Escrituras, no desde opiniones humanas. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16, RV1960).
- La fidelidad al llamado: Ser maestro en la Iglesia no es una función técnica sino ministerial. Como Santiago advierte: “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación” (Santiago 3:1, RV1960).
- La humildad para aprender: La tecnología cambia rápidamente, y con ella las metodologías. El maestro debe estar dispuesto a aprender sin dejar de discernir. Proverbios recuerda: “El sabio oirá y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo” (Proverbios 1:5, RV1960).
La inteligencia artificial: ¿enemiga o herramienta?
Muchos temen que la inteligencia artificial (IA) sustituya al maestro. Pero la pregunta correcta no es si nos reemplazará, sino cómo decidiremos usarla. La IA puede servir para organizar contenidos, responder dudas frecuentes, o presentar visualmente temas bíblicos complejos. Pero nunca podrá reemplazar la experiencia espiritual, la guía pastoral ni el discernimiento del Espíritu Santo.
La enseñanza cristiana no es solo transmisión de datos. Es impartición de vida, oración, compasión y verdad encarnada. Jesús enseñaba con autoridad porque vivía lo que predicaba. “Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Mateo 7:29, RV1960). Además una IA no tiene experiencias, ni vivencias en el mundo real, no se ve enfrentada a las luchas de los seres humanos; aquí el maestro puede potenciar el impacto de una vida transformada, pero que no excluye los fallos y las dificultades.
Servir enseñando: una tarea que transforma
Un maestro no solo transmite conocimientos, sino que forma discípulos, corrige con amor, despierta el hambre espiritual y acompaña procesos de restauración. En tiempos donde las voces son muchas y las verdades relativas abundan, necesitamos formar maestros que:
- Dominen herramientas digitales sin ser dominados por ellas.
- Enseñen con claridad, pero también con profundidad y reverencia.
- Sean referentes de vida, no solo de información.
La formación de maestros para la era digital no es un curso más: es parte del llamado generacional a edificar la Iglesia sobre fundamentos firmes.
Nota final
En el mes de julio, la Universidad Cristiana Logos estará dictando el curso “Servir enseñando: Formación docente para el ministerio digital”, un espacio diseñado para capacitar a maestros cristianos en el uso responsable y eficaz de herramientas digitales, incluyendo la inteligencia artificial, desde una perspectiva bíblica. Los esperamos. No desperdicien una oportunidad para crecer y servir mejor.
Más información en el siguiente enlace: https://www.logos.university/post/servir-ense%C3%B1ando-formaci%C3%B3n-docente-para-el-ministerio-en-la-era-digital
Por María del Pilar Salazar
Decana Académica
Univ. Logos
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