El cuidado pastoral, y los ministros

El ejercicio del cuidado pastoral dentro de la iglesia como tarea divina debe cumplir y requiere de ciertas funciones para aquellos que lo ejercen, por ello es necesario conocerlas para poder cumplir a plenitud con la tarea encomendada.

Funciones del cuidado pastoral

Clebsch y Jaekle en el libro Pastoral Care in Historical Perspective, Identifican cuatro funciones pastorales distintas y consistentemente operativas durante siglos en la iglesia.

Estas cuatro funciones del cuidado pastoral son:

Sanar: La restauración de una persona a una condición de integridad, permitiéndole un nuevo nivel de penetración espiritual y de bienestar.

Sostener: El ayudar a una persona que sufre a tolerar y sobresalir de alguna circunstancia particular.

Normalmente, la acción sostenedora emplea como medio la conmiseración compasiva y trata de lograr un crecimiento espiritual, aguantando las experiencias inesperadas, dañinas o peligrosas.

Guiar: Asistir a las personas perplejas para que puedan hacer selecciones, con confianza, entre cursos alternativos de pensamiento y acción cuando tales selecciones puedan afectar al estado presente o futuro del alma.

Reconciliar: El buscar el restablecimiento de las relaciones rotas entre los hombres y entre el hombre y Dios.

Se emplea el perdón y la disciplina. El perdón tiene como meta enmendar la vida y restaurar las buenas relaciones con Dios y con nuestro vecino. Mientras que la disciplina sirve como modo de reconciliación al poner a las personas distanciadas en situaciones en que las buenas relaciones puedan restablecerse.

Cualidades del ministro

Todo ministro debe resumir principalmente simpatía, dentro de las iglesias hay muchos miembros que sufren por diversos motivos, por eso nosotros tenemos que desarrollar la cualidad de la capacidad de simpatizar con éstas  personas de lo contrario no estaremos cuidando de ellas como pastores.

Debemos desarrollar la sencillez, aprender a ser mansos y humildes de corazón, esto quiere decir que debemos ser sencillos, no debemos engañar a nadie, nuestro Sí debe ser Sí, y nuestro No debe ser No.

Vivir una vida sencilla, tener un corazón sencillo como nuestro Señor Jesucristo. El ministro ha de mostrarse siempre sencillo y accesible, nunca con aires de superioridad porque se nos cierran las puertas de acceso.

Emplear el buen trato, primero debemos comprender a cada persona como individuo, dándole a cada persona un trato especial.

Aplicar la discreción, tanto los pastores como los médicos recibimos información muy privada, por lo tanto debemos ser discretos y evitar comentar o exponer situaciones privadas que han sido confiadas en secreto pastoral.

Ser imparcialidad no debemos desarrollar favoritismos en la iglesia, podemos tener amigos porque todo el mundo necesita de ellos, pero debemos tratar a todos por igual, ser imparciales en todo.

El cuerpo como instrumento

Se dan casos de pastores y ministros, que por no cuidar su salud, no pueden servir al Señor, o le sirven mal.

La Biblia nos habla del cuerpo “Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Ro. 12:1).

Nuestro cuerpo se presenta como ofrenda viva, es un instrumento para la acción de Dios, en nuestra vida y la vida de nuestros hermanos.

Por lo tanto como buenos cristianos hemos de cuidar nuestros cuerpos tanto como nuestra alma. Debemos procurar mantener la salud que Dios nos ha proporcionado para poder servirle con mayor diligencia.

Proteger la salud física del ministro

La Biblia nos dice que hay que usar la templanza en nuestra manera de comer. No es ni mucho ni poco, sino tratar de en nuestra dieta algo de todo, procurar una dieta balanceada.

 Evitar enfermedades, procurar no condimentar los alimentos, ya que afectan el estómago y pueden causar úlceras. También, se debe evitar el comer mucho pan dulce, o carbohidratos azucarados porque engorda a la persona.

En “La Brújula para el ministro Evangélico”, Abraham Hernández, sugiere el uso del ayuno como un factor importante para la salud. Al ayunar se eliminan parte de las toxinas que se acumulan en el cuerpo; y que producen algunas de las enfermedades. Sin embargo no se sebe abusar del ayuno.

Procurar un buen descanso, el cansancio físico puede causar; irritabilidad e ineficiencia en las próximas tareas. Se debe  entonces procurar descansar 8 horas diarias.

Así mismo, realizar ejercicio corporal, practicar ejercicio regularmente mantiene la salud  y el cuerpo en forma. Tanto como tener recreación ayuda a drenar las energías y mejora la personalidad.

Cuidado de la vista y de la voz, aunque podamos vivir sin ellos ambos facilitan el ejercicio pastoral, por ello no debemos forzarlos y debemos mantenerlos cuidados.

Mantener bueno hábitos: uso de desodorante, ropa aseada y planchada, mantener la presencia y  malos hábitos, como hurgarse la nariz, hablar con la boca llena, entre otros.

Somos ministros del Señor, por ello objeto de observación, debemos presentar entonces un cuerpo saludable, aseado. Nuestra apariencia impacta a las personas y una mala presentación bloquea las relaciones.

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