La Adoración y alabanza

La biblia no nos dice que Dios está buscando adoración. Dios está buscando adoradores. Dios busca nuestro corazón de adorador. (Juan 4:23), en estas breves líneas conoceremos como ser un verdadero adorador y como alabar a Dios.

Entendiendo la Adoración

Comúnmente solemos creer que al cantar estamos adorando, ciertamente la música se puede utilizar para adorar, pero no es necesariamente la única forma de hacerlo.
Adorar es un verbo y requiere una acción. Acciones tales como: Reverencia, Devoción, Servicio, Honor, Celebración, Admiración, Estima, Valor, Exaltación, Amor, Magnificar, Alabar, Reverenciar, Venerar, Postrarse, Humillarse, Gratitud.
La Adoración es una comunicación afectiva y efectiva entre Dios y el hombre. La verdadera adoración envuelve la mente, la voluntad, las emociones y el cuerpo, todo al unísono en conciencia completa y sometida para adorar. El adorador no está pendiente a nada más cuando adora, su concentración esta solo en adorar.
en Génesis 18. Cuando Abraham recibió y se postro antes los tres visitantes. Esta acción Postrarse, Reverenciar, reconocer la superioridad e importancia de la persona a través de la conducta y movimientos fue adoración.
En el Nuevo Testamento la expectativa de Adoración es más personal. Más intima con el Maestro. Ahora podemos entrar al Lugar Santísimo y adorar en capacidad personal e intima con Dios a través de Cristo.

¿Cómo ser un adorador?

Ir a la iglesia par de horas a la semana no nos hace adoradores. Ser un adorador es mucho más que hacer lo correcto, es una actitud de vida. Como vives refleja quien eres. Es una interacción continua con el Padre. No cesa cuando una canción termina. Sino que es continua, en nuestro despertar, nuestro andar en el trabajo, aun cuando dormimos y nos levantamos Dios es el foco y centro de todo lo que hacemos.
Somos templo del Espíritu Santo, un templo como el tabernáculo en el desierto, movible, así que podemos adorar en todo tiempo, en todo momento y en todo sitio donde nos encontramos, para poder mantener nuestra comunión con EL y nuestro testimonio de templo hará a otros desear ser templo para El también.
Los verdaderos adoradores no tienen prisa por dejar de adorar puesto que para eso han sido creados. Fueron creados al arrepentirse de sus pecados y recibir a Cristo como su salvador personal, entonces en ese momento el Espíritu Santo de Dios creó un nuevo corazón, un nuevo templo donde El morar, un Tabernáculo donde hay tres partes, un Espíritu (Lugar Santísimo), un alma ( lugar Santo) y un Cuerpo (los atrios).
Nuestro cuerpo debe ser sometido para que se pueda lograr el sacrificio de un adorador. Es la pasión de un adorador estar en la presencia constante de a quien le adora, El Señor. El verdadero adorador se deleita en adorar a Dios. El propósito de la creación del hombre es para adorar a Dios y disfrutar y deleitarse en su presencia por la eternidad.

La Alabanza

La Alabanza es un acto de Fe. Es exaltar al Señor no importando como nos sintamos y las circunstancias que estemos enfrentando. Cuando actuamos en fe no estamos amando, estamos en expectativa de algo que va a suceder.
El adorar no se hace en la fe sino basados en las actitudes y sentimientos de nuestro corazón. Amamos cuando adoramos. Amamos cuando conocemos a plenitud lo que vamos a amar. En el caso de la Adoración es a Dios. Y amamos o no a Dios. No hay un a lo mejor cuando hablamos de amar a Dios.
La alabanza es un instrumento de guerra Salmo 149:6-9
Distinguiendo la alabanza y la adoración.
Podemos señalar que La alabanza es agresiva, crea una atmósfera para la presencia de Dios, mientras que la Adoración es más sumisa y sensitiva, nace de nuestra relación con Dios en obediencia a lo que El espera de nosotros.
Al alabar estamos entrando en la presencia de Dios, y al adorar estamos en ella. Venimos a su presencia alabándole y luego cuando nos encontramos en ella le adoramos.
Alabamos en agradecimiento por lo que recibimos de Él, es un acto iniciado por nosotros es un nivel menos que adorar, cuando adoramos es por lo que Dios es, es un acto profundo y controlado por Dios sobre nosotros, basado en Dios. Entramos en su presencia y El controla la interacción con El, estando a su merced.

La alabanza y adoración para transformar

Dios ha de modelar su vida y la mía, a través de la música el Señor estaba moldeando mi vida para lo que hoy soy. La música se convirtió en parte de mis oraciones regulares al Señor. Comenzaba a orar y continuaba cantando, no lo entendía, pero así surgía.
El adorar y glorificar al Señor se convirtió en mi forma de expresar mis sentimientos a Dios. La música me hace entrar en su presencia de forma especial, siendo el centro de todo, nada es importante solo el Señor. En su presencia me siento como una niña pequeña que goza y disfruta del amor de su Padre.
Aprendí mucho sobre las distintas formas de cantar, buenas y malas. He logrado comprender que la música es un instrumento para adorar al Dios soberano, pero también un instrumento de guerra. Doy testimonio de que las guerras espirituales se ganan peleando espiritualmente con cánticos, alabanzas y en obediencia aun hoy en día.
La alabanza puede ayudarnos a llegar a la adoración, o solo puede ser solo un cántico más. Puede ser la forma para vencer y tener victoria, o solo expresara cómo nos sentimos.
He visto como mi familia ha conocido al Señor como su Salvador personal, como mis hijos se han levantado para su Gloria. A través de la música él nos ha transformado Pero no todo tipo de música Cristiana, solo aquella que Glorifica a Dios con su mensaje, aquella que nos eleva a las alturas de su presencia. Música que declara sus grandezas, su majestad y su poder, esa es la música que llena mi ser.
Yo puedo decir todos los días como David cantaba en el Salmo 30:11: “Haz cambiado mi lamento en baile, desataste mi cilicio y me ceñiste de alegría”.
Juan 4:23 nos dice “Pero viene la hora, y ya llegó, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca que lo adoren tales adoradores”

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