“…Además, afirma también que la idea de la naturaleza como sistema de fines implica a su vez la necesidad de pensar un intellectus archetypus que estaría en el origen de la legislación de la naturaleza y que ese entendimiento originario debe ser entendido igualmente como el autor moral del mundo, pero nuevamente nos recuerda que esta es una consideración que debemos hacer únicamente debido a la constitución finita de nuestras capacidades (…)
Y es aquí precisamente donde Kant vuelve a plantear la prueba moral de la existencia de Dios. Kant retoma, en efecto, la doctrina ética de los postulados de la razón práctica y vincula la idea de un autor moral del mundo con la máxima teleológica de considerar la naturaleza como un sistema de fines. De este modo, Kant muestra −en consonancia con lo establecido en la Crítica de la razón práctica− que la existencia de Dios es una suposición necesaria para pensar justamente la posibilidad de realización de la ley moral en el mundo sensible. Sin embargo, en esta tercera Crítica el acento ya no está puesto, como en la segunda, en garantizar la coincidencia entre la felicidad que perseguimos naturalmente y la moralidad por la que nos hacemos dignos de esa felicidad. El acento ahora está puesto de lleno en la existencia del hombre en el mundo y en el sentido que él le da a los hechos del mundo: sólo en referencia a la “existencia de seres racionales bajo leyes morales” (KU § 86, AA V 4 44) podemos pasar, piensa Kant, de la teleología natural a la ético-teología, en la medida que sólo un ser que se propone libremente fines y que experimenta como su deber hacer realidad esos fines en el único mundo en que puede hacerlo, experimenta en sí mismo la necesidad de poner por fundamento de esa conformidad a fin una “causa suprema que gobierna la naturaleza según principios morales” (KU § 86 Anmerkung, AA V 446).
Así explica Kant, en último término, este paso, tan humano, según él, de la conciencia moral a la idea de un autor a su vez moral del mundo: afanados por alcanzar el bien moral en el mundo, nos sentimos a la vez impotentes para conseguirlo, porque las condiciones de la realización de este bien son enteramente contingentes, tanto por nuestra propia limitación como por los obstáculos que nos pone la naturaleza misma. A la vez, el único medio que tenemos a nuestra disposición para considerarnos a la altura de ese fin final moral que, según quisiéramos, regiría el mundo, es esforzarnos aún más por alcanzarlo.
Se trata, a fin de cuentas, de una necesidad y una utilidad muy humanas, como muestra el propio Kant: “[h]ay un fundamento moral puro de la razón práctica para admitir esta causa (pues puede hacerse sin contradicción), como no fuese sino para no correr el peligro de considerar ese afán, en sus efectos, como totalmente vano y dejarlo, así, desfallecer” (KU § 86 Anmerkung, AA V 446).
Si no me equivoco con esta interpretación de la postura de Kant en su última Crítica, bien podríamos decir que la idea de un autor moral del mundo no es ya un postulado sobre un posible autor del sentido del mundo, sino antes bien la expresión del sentido que el hombre mismo busca y encuentra finalmente en un mundo que, materialmente hablando, no es hechura suya. El propio Kant reconoce que esta humanización del objeto de la teología podría encerrar un antropomorfismo si se empleara objetivamente, pero entonces hay que recordar que el propósito del argumento no es conocer la naturaleza de Dios, que al fin y al cabo no nos es accesible, sino orientar la acción humana en pos del bien moral. Yo diría, pues, que incluso cuando Kant emprende el vuelo de las especulaciones metafísicas y hasta teológicas sigue siendo, para emplear la expresión de Torretti, un “filósofo del más acá” (1 ss.). En este sentido, los últimos parágrafos de la Crítica de la facultad de juzgar son decisivos para entender que la metafísica kantiana es, a fin de cuentas, un saber del hombre.” (Molina Cantó, pp 12-13)
Referencias Bibliográficas
- Molina Cantó, E. (s.f.) Kant y la moral, extracto para pensar. Departamento de Filosofía. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Colombia
 - THE361-Cómo Tomar Decisiones Bíblicas. Universidad Cristiana Logos -UCL-
 
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