Apuntes del Profesor José Juan Sosa Morales
Generalmente, muchas personas que afirman no creer en Dios lo hacen debido a la existencia del mal, argumentando que su presencia contradice la idea de un Dios bueno. Sin embargo, abordar este tema es complejo, y aunque no siempre es fácil encontrar respuestas, tenemos suficiente evidencia en la creación y en la Palabra de Dios para confiar en Él y entregarle nuestra vida.
El mal puede ser entendido como la ausencia del bien; no puede haber mal sin un bien que se corrompa. Dios creó al ser humano con libre albedrío, dándole la capacidad de amar. Sin embargo, a menudo el ser humano manifiesta ese amor de maneras incorrectas. A pesar de que el hombre puede reconocer lo que está mal, a veces decide actuar en contra de su propio entendimiento. Así, el problema del mal no radica en la falta de entendimiento, sino en la voluntad del ser humano. Como lo expresó Agustín de Hipona, “el mal es la privación del bien”.
La raíz del problema del mal proviene de un amor desordenado; el ser humano tiende a preferir amar a las criaturas en lugar de al Creador. Esta inclinación se debe a que Dios no puede ser manipulado, mientras que los ídolos pueden ser moldeados a nuestro favor cuando nos conviene.
Nuestra reacción ante el sufrimiento revela la condición de nuestro corazón y la perspectiva que tenemos sobre la vida. Las aflicciones forman parte del plan bondadoso de Dios, como se expresa en el Salmo 119:75: “Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, y que por justicia me afligiste.” La aflicción produce paciencia, y la paciencia es esencial para caminar con Dios. Sin paciencia, es difícil encontrar el propósito de Dios en nuestras vidas. A menudo, al pensar en la paciencia, nos centramos solo en el beneficio personal. Sin embargo, si no somos pacientes, no sabremos amar. Es en las aflicciones donde Dios derrumba nuestras “fortalezas” humanas y, en nuestra debilidad, perfecciona Su poder en nosotros, porque nadie alcanza la madurez espiritual sin enfrentar pruebas y tribulaciones (Nuñez, 2023).
¿Por qué es Necesario el Sufrimiento?
- Las dificultades obligan al hombre a reflexionar y al mismo tiempo a abandonar la superficialidad de la vida.
- Las dificultades tienden a producir muchas inseguridades y esas inseguridades nos llevan a buscar de Dios y cuando buscamos a Dios en la dificultad, lo buscamos de corazón.
- Las crisis nos recuerdan que esta vida es pasajera, que es transitoria y nos hace valorar lo que es realmente importante en esta vida.
- Las crisis de la vida demuestran nuestra debilidad y nuestra impotencia. Siempre tratamos de ser autosuficientes y Dios nos demuestra que no podemos, Dios derrumba nuestro ego para que podamos acercarnos a Él con una actitud humilde.
- Dios nos permite vivir las consecuencias de nuestro pecado para que entendamos la gravedad de este. De esta manera entenderemos que necesitamos caminar por el camino de Dios y rechazar todo lo que Dios rechaza.
El propósito del sufrimiento es el desarrollo del carácter y transformación de nuestras vidas para que seamos llenados de la presencia de Dios.” (Vidaña, 10 de diciembre de 2023, pp.4-5)
Referencias Bibliográficas
- Apuntes del Profesor José Juan Sosa Morales
- Nuñez, M. (7 de agosto de 2023) Integridad y Sabiduría. Obtenido de Mi Sufrimiento en las Manos de Dios: https://integridadysabiduria.org
- Vidaña, M. (10 de diciembre de 2023). Tarea III -THE362 Apologética_1- Universidad Cristiana Logos -UCL-